Monday, January 29, 2007

Ex men

Al hablar de los ex de nuestras actuales novias no podemos omitir el hecho de que nosotros a su vez somos el ex de alguna chica que ande por ahí.
Es decir, dependiendo de cómo fueron/son las cosas con nuestra ex es cómo proyectaremos nuestros temores e inseguridades.
Por ejemplo, ¿con nuestra ex tenemos derecho a roce? ¿la relación se basó en una intensa práctica del sexo más salvaje? ¿cada vez que te la encuentras la ves solo como una amiga sin la menor intención de saltar encima suyo y meterle diente? ¿cuando ninguno está con nadie coinciden para aliviar la soledad con un buen revolcón? ¿tu ex te llama a las 3 am para decirte que eres el amor de su vida? ¿lo haces tú? ¿la ves más rica que cuando estaban juntos? ¿te habla de lo aburrido que es su novio comparado contigo y aquella intensa práctica del sexo más salvaje? ¿su novio te cae bien, te inspira total indiferencia o te gustaría ahorcarlo con tus propias manos, después de someterlo a todas las torturas posibles? ¿no has vuelto a saber nada de ella desde que terminaron y estás seguro que jamás encontrará a nadie tan maravilloso como tú? ¿la relación terminó con el mutuo acuerdo de dos seres civilizados o fue una agonía inimaginable donde cada uno hizo todo lo posible por herir al otro? ¿lo que más recuerdas de ella son las profundas conversaciones de dos almas gemelas, lo insoportable que se ponía aquella bruja cuando se molestaba o lo bien que se movía esa zorra en la cama?
Dependiendo de tus repuestas es que encontrarás la tan añorada paz espiritual.

Tuesday, January 23, 2007

El maestro


Este par de tiras son solo un pretexto para comentarles algo que me da mucha pena. Hace poco me llegó la noticia sobre la enfermedad del Negro Fontanarrosa y la verdad es que no me lo creí del todo. Era algo así como que estaba perdiendo la habilidad para usar las manos, cosa que en el caso de un dibujante está un poco jodido.
Resulta que era cierto y que el propio autor se despide del trazo aunque no de la idea.
Si quieren leer la nota completa, pueden entrar a esta dirección: http://www.rosario3.com/noticias/noticias.aspx?idNot=7735
Solo me queda decir que si llegué a meterme en el oficio de historietista fue en parte culpa del maestro Roberto Fontanarrosa.


Friday, January 19, 2007

Friday, January 12, 2007

Wednesday, January 10, 2007

Demasiado poco ego



Recuerdo la vez que mi amigo Javier, batero de Catervas, sabiendo que me vacila la música del tío Spinetta, me pasó la voz para ir a escucharlo en una clínica de guitarra en el María Angola. Gracias a sus contactos faranduleros, consiguió un par de pases gratis (me gusta la chamba del flaco pero de ahí a pagar para ver cómo aprendió a tocar esas notas tan marcianas hay un trecho). Después de una cola de más de hora y media, en medio de unos 200 fans, apareció Spinetta masticando un chicle de lo más canchero. Aplausos y hurras. Llevaba 25 años sin enseñar la cara por Perú. Se sentó, cogió un micrófono y dijo estar dispuesto a resolver cualquier duda para deleite de su hinchada embelezada. Los que se animaban a preguntarle algo lo hacían no sin antes deshacerse en agradecimientos. Casi entre lágrimas le decían lo mucho que habían esperado ese momento. A veces ni siquiera tenían nada que preguntar (o si lo tenían lo olvidaban de la emoción). Todo más o menos bien hasta ahí, solo por un detalle: ¿dónde estaba la guitarra?. Es decir, eso era una clínica, ¿no? Estuve a punto de hacerle notar al flaco que en la entrada decía bien clarito "Clínica de guitarra", pero me arroché al recordar que yo estaba ahí de puro sapo así que caballero nomás.

Los agradecimientos fellatosos seguían sin parar. Empecé a sentir vergüenza ajena. Con que alguien se los diera al inicio, entendiendo que lo hacía en nombre de toda la sentida asistencia, hubiese estado más que bien. Sin embargo lo único que conseguían era que la cosa se volviera pesadísima y que Spinetta empezara a divagar ante la poca objetividad del personal.

Me pareció que con la poquita cosa que nos solemos sentir frente a algún extranjero exitoso, la "clínica" transcurría con las pautas que me eran familiares. Hasta que sucedió algo imprevisto. Alguien tomó el micrófono pero no para hacer una pregunta, sino para decirle al invitado que en nuestro país también teníamos muy buenos grupos. Tan buenos o mejores que los argentinos de los 60s y 70s (justamente la época en que Spinetta hizo su mejor música con varias bandas). Pero lamentablemente no tuvieron la suerte de hacerse famosos como él. Y se lo dijo con resentimiento. Con una mezcla de sarcasmo y violencia. Lo sorprendente fue que al terminar su comentario, casi todos los presentes se pusieron a aplaudir rabiosamente. Yo no entendía nada. Primero lo sobaron hasta el paroxismo y de repente -zas- una patada en el culo.
¿Qué cosa extraña habita en nuestros egos que nos lleva a querer y odiar tan repentinamente, a escoger pésimos presidentes, a callar cuando en la entrada dice "clínica de guitarra"?

Sunday, January 07, 2007

Condones (2006)


Mi generación creció en medio del caos mediático que se originó con esa enfermedad supuestamente apocalíptica llamada SIDA. Cuando Magic Johnson dijo que la tenía dejó por siempre de ser la "peste rosa". Para que se hagan una idea de la confusión, recuerdo una charla sobre educación sexual en el colegio en la que nos advertían no rozar los urinarios con el miembro, así como procurar encontrar una mujer que no haya conocido hombre en el sentido bíblico de la frase. Aunque pensándolo bien, para rozar con el aparato un urinario o hay que estar muy zampado o es que se pertenece al club de Peter North y compañía. Y lo de encontrar una virgen... más fácil era rozar los urinarios.
De todas mangas, algo bueno surgió de esto. La gente se habituó al uso del condón. Y aunque tiene sus limitaciones, sobre todo cuando te pones a buscar uno en la oscuridad de tu cuarto con varias chelas encima, no deja de ser un compañero de aventuras a la medida de las circunstancias.